What about us?
Yo no sé por qué tengo una tendencia casi mortal a pasarme rollos, planificar, pensar, masticar los eventos, tragármelos para luego vacunamente volver a masticarlos... no sé tampoco por qué vivir el momento nunca ha sido en verdad mi tema, por qué se me hace tan difícil practicar lo que predico, así como una forma de autoconvencimiento de que mi razón tiene razón y de que el corazón me juega sencillamente chueco. Y so was von chueco.
Acá estoy, a más de 12.000km de casa, con un hombre espectacular al lado que me quiere montones y que personifica todos (en de verdad absolutamente todos) mis ideales de pareja... y qué hace la tonta entremedio? Pensar que no es suficiente y que nunca será suficiente. En que mientras estoy con A y amo a A, extraño cosas de B que me hacen pensar que finalmente no amo a A y que toda la situación puede cambiar peligrosamente a mi primer encuentro con B... No quiero ponerme trancas y sin embargo, en este segundo hay algo que no está encajando como debiera en mi vida y yo estoy a punto de echarle la culpa al verano de mierda y al invierno ídem que se aproxima, porque antes de que empezara a hacer frío no me sentía así y es verdaderamente una mierda sentirse tan a pedacitos como me siento ahora.
Sé sencillamente que me enamoré de Christian. Lo sé porque cada vez que por las noches pienso en él, suena el teléfono y es su voz al otro lado de la línea y yo me alegro como niñita de quince. Lo sé porque cuando despierto y él no está me da miedo que se haya ido de verdad-verdad y no puedo soportar la idea de que no esté más. Lo sé porque me hace reir cuando me mando alguna cagá y él grita "Chileeeeeee!!!" y luego me reta y me da pena que me rete porque no me gusta que se enoje conmigo y a los dos segundos me besa y me hace reir de nuevo; lo sé porque me gusta que sea adulto y que me enseñe y me muestre cosas que de otro modo no hubiese aprendido... lo sé porque desde ya siento cómo se me va a romper el corazón cuando me despida de él en el aeropuerto en diciembre y a veces lloro en secreto pensando en qué terrible sería si luego de eso lo nuestro ya no va más. Por esas razones y varias más lo sé y por eso me da rabia que se me atraviesen otros sentimientos y me arruinen el panorama.
En fin. Dos meses y ya. Dos meses son más que suficiente tiempo para ser tanto o más felices que ahora, para vivir cosas hermosas, para pelearnos y hacernos amigos de nuevo... dos meses para despertar cada fin de semana a su lado.
Acá estoy, a más de 12.000km de casa, con un hombre espectacular al lado que me quiere montones y que personifica todos (en de verdad absolutamente todos) mis ideales de pareja... y qué hace la tonta entremedio? Pensar que no es suficiente y que nunca será suficiente. En que mientras estoy con A y amo a A, extraño cosas de B que me hacen pensar que finalmente no amo a A y que toda la situación puede cambiar peligrosamente a mi primer encuentro con B... No quiero ponerme trancas y sin embargo, en este segundo hay algo que no está encajando como debiera en mi vida y yo estoy a punto de echarle la culpa al verano de mierda y al invierno ídem que se aproxima, porque antes de que empezara a hacer frío no me sentía así y es verdaderamente una mierda sentirse tan a pedacitos como me siento ahora.
Sé sencillamente que me enamoré de Christian. Lo sé porque cada vez que por las noches pienso en él, suena el teléfono y es su voz al otro lado de la línea y yo me alegro como niñita de quince. Lo sé porque cuando despierto y él no está me da miedo que se haya ido de verdad-verdad y no puedo soportar la idea de que no esté más. Lo sé porque me hace reir cuando me mando alguna cagá y él grita "Chileeeeeee!!!" y luego me reta y me da pena que me rete porque no me gusta que se enoje conmigo y a los dos segundos me besa y me hace reir de nuevo; lo sé porque me gusta que sea adulto y que me enseñe y me muestre cosas que de otro modo no hubiese aprendido... lo sé porque desde ya siento cómo se me va a romper el corazón cuando me despida de él en el aeropuerto en diciembre y a veces lloro en secreto pensando en qué terrible sería si luego de eso lo nuestro ya no va más. Por esas razones y varias más lo sé y por eso me da rabia que se me atraviesen otros sentimientos y me arruinen el panorama.
En fin. Dos meses y ya. Dos meses son más que suficiente tiempo para ser tanto o más felices que ahora, para vivir cosas hermosas, para pelearnos y hacernos amigos de nuevo... dos meses para despertar cada fin de semana a su lado.
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